El “peak oil del fracking” podría estar a la vuelta de la esquina
A tres o cuatro años vista. El peak oil del fracking podría estar a la vuelta de la esquina. La industria que revolucionó el petróleo se apaga por las decisiones empresariales y de inversión y por la inseguridad del futuro marco regulatorio, según los analistas del Bank of America Merril Lynch (.BofA), que recoge El Economista en un reciente trabajo. Dichos analistas creen que la producción de shale oil se estabilizará para comenzar a retroceder poco a poco en los próximos años.
La teoría del pico del petróleo o peak oil intentaba predecir en qué momento la producción mundial de petróleo alcanzaría su punto culminante para comenzar a descender. La teoría apuntaba en la dirección de que llegaría un momento en el que extraer petróleo comenzase a resultar más costoso, a medida que el crudo rentable hallado más cerca de la superficie escasease, y el petróleo alojado a mayor profundidad resultase difícil y caro de bombear. Sin embargo, la aparición del peak oil podría producirse por otros motivos, antes incluso de agotar la presente década, porque otras tecnologías aparecen para sustituir al crudo como fuente de energía, bien porque estas nuevas tecnologías son más limpias o más baratas y rentables.
Peak oil del fracking
En este marco, la industria del fracking y el shale oil en Estados Unidos podrían estar a punto de enfrentarse al comienzo de su propio peak oil por las decisiones empresariales y de inversión. El shale oil o petróleo de esquisto despegó con gran fortaleza hace algunos años, lo que permitió una mayor diversificación geográfica de la extracción de petróleo. Benefició a la economía global, generando un contrapeso frente al oligopolio de la OPEP. Sin embargo, los analistas de Bank of America (formerly Bank of America Merrill Lynch), que proporcione informes de perspectiva global, hablan ahora de una serie de factores que han conducido a que esta industria madure de forma anticipada de forma, que en su opinión, la producción de shale oil se estabilizará antes de comenzar a caer en los próximos años.
La extracción de shale oil a través de la técnica del fracking transformó la producción de petróleo,. Desde 2016 a 2020 pasó de producir cinco millones de barriles diarios de crudo en Estados Unidos a rozar los 10 millones de barriles. Su rentabilidad siempre ha estado en entredicho, ya que siempre ha habido dudas sobre su rentabilidad, porque el punto de equilibrio siempre ha sido más elevado que el de los productores de Oriente Medio. Así, con la caída del precio del crudo en 2020 a causa de la pandemia del covid, la producción de petróleo de esquisto también cayó, si bien ahora ha remontado gracias a la espectacular subida de precios del petróleo, motivada por la guerra de Ucrania.
Producción de shale oil en EEUU
Los analistas del BofA creen que esta industria ha tocado techo. “No esperamos un gran cambio en la oferta de petróleo de esquisto estadounidense como ocurrió a partir de la década del 2010. En los últimos tres años, las empresas de exploración y producción de Estados Unidos han dejado de perseguir el crecimiento, priorizando la disciplina de capital, el desapalancamiento y la rentabilidad para los accionistas”, aseguran los analistas. Esta tendencia se suma a la fuerte volatilidad del petróleo en los últimos años.
Por otra parte, declaran: “la industria se enfrenta desafíos a medio plazo. Como ejemplo, las ganancias de productividad y eficiencia parecen haber tocado techo.
Además, el sector de servicios petroleros (el fracking) también ha incrementado su disciplina, lo que les confiere poder de fijación de precios al tiempo que impulsa la inflación, lo que desalentará cualquier plan para acelerar la actividad”. Matizan que el incremento de los precios de materiales utilizados en la exploración y la perforación de los pozos, junto al fuerte incremento de los costes laborales, estarían impidiendo que la industria en su conjunto crezca y opinan que resulta más sencillo y barato aprovechar los pozos y los campos de petróleo operativos, con costes de producción inferiores.
Así que las empresas del sector no están dispuestas a perforar más ni a invertir en la exploración de nuevas bolsas de petróleo, tanto por estos factores mencionados como por la inseguridad que generan posibles cambios del marco regulatorio que parece inclinado a favorecer a las energías renovables. “Estos factores nos llevan a concluir que el peak oil del fracking podría alcanzar su pico o producción máximo en los próximos tres o cuatro años”, concluyen los expertos de BofA.
El fracking ya no quiere crecer
El punto en el que empieza a ser rentable extraer un barril de crudo del shale oil americano se ha reducido enormemente desde que los precios del petróleo se hundieran a mediados de la década de 2010, una fecha en la que muchos pozos de esquisto necesitaban registrar entre 70-100 dólares por barril de petróleo para alcanzar el punto de equilibrio. Las mejoras en la eficiencia y en la productividad y la bajada de costes del sector de servicios petroleros ayudaron a reducir esta curva de costes del esquisto, de manera que actualmente la mayoría de los activos de esquisto logra el punto de equilibrio en los 40 dólares.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y los productores son más disciplinados ahora, como demuestra que no se han añadio muchas plataformas durante el último año, a pesar de que los precios del petróleo se dispararon por encima de los 100 dólares por barril.
En la última década, el cash flow de buena parte del sector ha sido nulo o incluso negativo. Esta evolución cambió el pasado año cuando los precios del petróleo se dispararon, pero los productores se mantuvieron cautos y disciplinados y no invirtieron en nueva producción. Esto muestra que las empresas de exploración y producción han dejado de buscar el crecimiento de la oferta y han optado por gastos manejables que permiten un amplio margen para el desapalancamiento, la recompra de acciones y los dividendos.
Con esta visión, los economistas de BofA destacan que la industria del petróleo esquisto de EEUU ya ha pasado por dos ciclos, recuperándose de cada uno para generar un crecimiento significativo de la producción en los años siguientes. Ahora todo parece indicar que solo la Cuenca Pérmica mantendrá un crecimiento notable a corto plazo (antes de que llegue el peak oil), con un avance muy inferior en Eagle Ford, Niobrara y Bakken. “A medio plazo, creemos que el crecimiento de la Cuenca Pérmica se desacelerará y otras cuencas se estancarán o incluso comenzará a sufrir una reducción de la producción”.
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- Publicado el 07/03/2023